A menudo el dolor lumbar se manifiesta mediante la aparición de episodios de dolor lumbar sintomáticos seguidos de una remisión total o parcial de los mismos. La recurrencia de estos episodios, a los que podemos llamar crisis, es muy frecuente y pueden conducir a la cronificación del dolor.
La recurrencia del dolor de espalda
Aunque la mayoría de las personas se recupera rápidamente de un episodio de dolor lumbar, muchas de ellas seguirán teniendo un patrón impredecible de crisis recurrentes. Pese a que los porcentajes varían ampliamente, puede decirse que al menos un tercio de los pacientes que se recuperan de un episodio agudo de dolor lumbar tendrán una nueva crisis en menos de un año.
Nuestra experiencia nos ha mostrado una y otra vez cómo los pacientes relatan estos episodios que muchas veces acaban transformándose en un dolor que no remite. Un caso típico podría ser aquella persona que desde hace años presenta crisis periódicas que le incapacitan durante días o semanas. Estos episodios a veces acaban desapareciendo por sí mismos, sin embargo otras veces requieren de una visita a urgencias para aliviar los terribles síntomas. Con el tiempo, cada vez las crisis son más frecuentes hasta que una de ellas llega a producir un dolor que permanece en el tiempo.
Factores que influyen sobre la reaparición del dolor lumbar
Actualmente, debido a la pobre evidencia científica, no existen estimaciones ampliamente aceptadas del riesgo de recurrencias de dolor lumbar ni de aquellos factores que pueden predecir la recurrencia del mismo.
Factores como el tabaquismo, el estado de salud global percibida, el riesgo percibido de recurrencia, las existencia de banderas rojas o los hallazgos de las pruebas por imágenes no han podido asociarse de forma sólida con un mayor riesgo de recurrencia. Hasta el momento se ha aceptado que una historia de episodios previos de dolor lumbar es el único factor respaldado por la ciencia actual que es capaz de pronosticar la aparición de futuras crisis.
¿Qué puedo hacer para prevenirlo?
La prevención de estas recurrencias resultaría un gran avance, sin embargo en la actualidad existe una falta de pruebas sólidas sobre el enfoque preventivo más eficaz.
Las terapias de ejercicio son uno de los tratamientos más comúnmente recomendados para pacientes con dolor lumbar crónico con clara evidencia de efectividad. De hecho, el ejercicio es la intervención más consistente en la optimización de la recuperación del dolor lumbar crónico. Recientes revisiones han confirmado lo que otros estudios ya sugerían: el ejercicio adecuado también es efectivo para minimizar el número y la gravedad de las recurrencias. Con el adecuado programa de entrenamiento el paciente percibirá cómo las crisis aparecen menos frecuentemente, son de menor intensidad y la recuperación de las mismas es mayor.