La ciática es un síndrome muy común del que ya hemos hablado en otras entradas del blog. Generalmente suele asociarse con patologías de la columna vertebral como hernias, estenosis o espondilolistesis. Sin embargo, la afectación del nervio ciático puede producirse en cualquier otro punto de su recorrido produciendo los mismos síntomas que la ciática de origen espinal. Entre ellos se encuentra la articulación sacroiliaca.
A principios del siglo XX no se comprendía por completo cómo los discos intervertebrales podían generar la ciática. De hecho, allá por 1920, la articulación sacroilíaca se consideraba una de las causas más comunes de ciática. No obstante, a lo largo de la década de 1930 la ciencia hizo evidente que el disco lumbar podía generar ciática y el interés por la articulación sacroilíaca fue decayendo.
Sin embargo, se ha observado que en más del 30% de los pacientes con una presunta ciática de origen discal el diagnóstico no pudo confirmarse mediante resonancia magnética o incluso durante la operación. Es decir, no se encontró ninguna patología de la columna vertebral que pudiera explicar la ciática. Por todo ello, recientemente, ha habido un resurgimiento del interés en la articulación sacroiliaca como fuente potencial de dolor lumbar y de ciática.
Cómo puede esta articulación causar ciática
Son varias las explicaciones del patrón de dolor que se irradia hacia la pierna debido a esta articulación. Las raíces nerviosas de L5 y S1 pasan muy cerca de la articulación sacroiliaca y luego se unen a las raíces de S2, S3 y S4 para formar el nervio ciático. Por tanto, las alteraciones de esta articulación pueden irritar las raíces nerviosas. De hecho no es necesario que exista una compresión directa sobre el nervio, sino que ciertas sustancias que intervienen en los procesos inflamatorios de la articulación son capaces de generar una irritación de las raíces y producir la ciática.
Existe una estrecha relación entre la cápsula de la articulación sacroiliaca y las raíces nerviosas de L5 y S1. Si se producen lesiones de esta cápsula causará la liberación de sustancias proinflamatorias que pueden causar lesiones en dichas raíces nerviosas.
“La irritación del tronco ciático puede ser secundaria a la afectación de la articulación sacroilíaca. El mecanismo podría ser una extensión directa del proceso inflamatorio o como resultado de un derrame articular”
Conclusión
En resumen, la ciática puede ser causada por otras estructuras diferentes a los discos intervertebrales. El origen de la misma no es siempre una hernia o una patología del raquis, sino que pueden haber otras causas como el piramidal, del cual ya hablamos en otras entradas, o la articulación sacroiliaca.
Esto recalca la importancia de realizar una completa evaluación formada por una anamnesis y un completo examen físico que incluya el test de Lasegue.
La valoración de la columna, las articulaciones sacroiliacas y las caderas en conjunto con las pruebas radiológicas adicionales pueden orientar de forma efectiva el diagnóstico y evitar tratamientos y operaciones inefectivas.