Los crujidos o chasquidos articulares son algo común que algunas personas buscan intencionadamente por la sensación de alivio y mayor movimiento en la articulación mientras que otras lo evitan por temor. Los dedos de las manos, el cuello, las rodillas y la columna lumbar son las zonas donde suelen aparecer más frecuentemente. Además, es un fenómeno ampliamente familiar para aquellos que reciben técnicas de osteopatía o quiropráxia.
¿Por qué se producen los crujidos articulares?
Actualmente, la explicación fisiológica y anatómica exacta de lo que sucede durante los crujidos articulares no se entiende completamente. Sin embargo, la teoría más aceptada es la que explica este fenómeno debido a la cavitación. La cavitación es la formación de gases dentro de un fluido como consecuencia de diferencias de presión. Es decir, un líquido puede verse sometido a cambios de presión que provoque que sus moléculas cambien de forma inmediata a estado gaseoso produciéndose una implosión y formándose burbujas. Esto ocurre por ejemplo en las hélices de los barcos cuando giran rápidamente o al disparar una pistola bajo el agua. Las burbujas se disipan rápidamente y vuelven a cambiar a un estado líquido. Este fenómeno altamente energético habitualmente produce ruido y vibraciones.
En la imagen podemos observar la implosión de la burbuja de gas producida por el cambio de presiones que provoca el disparo de la pistola
En las articulaciones ocurre algo parecido. Se ha observado que el líquido sinovial de las articulaciones se compone de un 15% de gas (de los cuales un 80% es dióxido de carbono). Como la presión en el interior de una articulación sinovial es negativa (hasta -3.5 atmósferas) estos gases se mantienen en estado líquido y no pueden escapar debido a la estanqueidad de la articulación. Sin embargo, cuando el movimiento de la articulación se extiende más allá de la barrera fisiológica se produce un cambio de presiones que provoca el movimiento de estos gases a una región de presión más alta y su inmediato paso a estado gaseoso (implosión). Es el colapso de estas burbujas de gas lo que genera un chasquido articular audible. Si una articulación no se manipula durante un tiempo (aproximadamente 20 minutos), la presión vuelve a disminuir paulatinamente y los gases retornan a estado líquido con lo el chasquido se puede volver a repetir.
Crujido articular observado mediante resonancia magnética
¿Es malo que crujan mis articulaciones?
Los sonidos articulares se producen tanto en personas sanas como con patologías y se pueden escuchar durante el movimiento normal. Por tanto, lo crujidos articulares no presentan mayor importancia si no se acompañan de dolor, hinchazón, movilidad limitada u otros síntomas.
Por otra parte, no existe evidencia científica de que hacer crujir una articulación de forma habitual tenga efectos negativos. Más concretamente, la creencia común de que crujir los dedos causa artrosis no está respaldada por la ciencia. Las manipulaciones articulares pueden aliviar la tensión articular a corto plazo. Sin embargo, ciertos estudios no recomiendan abusar de ello para evitar posibles distensiones ligamentarias.
Por otro lado, pueden producirse chasquidos articulares debido a otras causas: artrosis, cicatrices, desplazamiento de tendones o ciertos síndromes artro-musculares.
En definitiva, que tu espalda o tus articulaciones crujan no debe preocuparte ya que no presenta mayor importancia. Sin embargo cuando los chasquidos se vinculen con dolor u otros síntomas es recomendable la valoración de un profesional para descartar problemas mayores.
Información muy interesante y redactada de manera muy concisa y entendible. Es algo muy común recibir esta pregunta por parte de clientes.
Muchas gracias por la información.
Gracias Marcos, nos alegra que la información os sea de interés.