Las sensaciones corporales constituyen un aspecto fundamental de la auto-conciencia y proporcionan funciones críticas de autorregulación del organismo. El frío hace que busquemos una fuente de calor, el hambre nos empuja a alimentarnos y el dolor promueve la protección. Además de estos ejemplos, un sentimiento experimentado por todo el mundo y que afecta nuestra vida cotidiana, pero que permanece relativamente ignorado, es la sensación de rigidez.
La sensación de rigidez de espalda no proporciona una “lectura” tan objetiva como pensábamos
¿Está rígida mi espalda?
Sentirse rígido está asociado de directamente con la discapacidad y, por tanto, es uno de los aspectos principales que aparecen en muchas afecciones musculoesqueléticas: dolor lumbar, artritis, dolor cervical, etc.
Tradicionalmente suponemos que nuestras sensaciones (frio, calor, dolor, rigidez, hambre…) son un reflejo del estado fisiológico de nuestro cuerpo. Es decir, una especie de «lectura» objetiva de la información sobre el estado de nuestro organismo. Bajo este punto de vista clásico, si notamos que nuestra espalda está rígida es porque efectivamente los tejidos de nuestra espalda han aumentado en rigidez.
Nuestra percepción de la rigidez de espalda no se deriva únicamente de la información sensorial de la articulación sino que puede ser influenciada por otras variables
Sin embargo, existe una creciente evidencia que nos dice que las sensaciones no proporcionan una “lectura” tan objetiva como pensábamos y que están fuertemente influenciadas por una amplia gama de variables cognitivas y contextuales. Por ejemplo, se ha demostrado que la sensación de rigidez articular permanece en personas que han perdido dicha extremidad. Por otro lado, en patologías como la artritis reumatoide y la artrosis, la duración de la sensación de rigidez no se relaciona con el grado de los cambios articulares lo que sugiere que la sensación corporal de rigidez puede ser independiente del estado biológico de los tejidos. Finalmente, cuando hablamos de personas con dolor lumbar crónico, existen estudios que demuestran que no hay una correlación entre la rigidez percibida por la persona y la rigidez real de la espalda medida de forma biomecánicamente objetiva.
La percepción de rigidez de espalda
Todo esto refuerza la idea de que nuestra percepción de rigidez de espalda o cuello no se deriva únicamente de la información sensorial de la articulación sino que puede ser influenciada por otras variables que aumenten o disminuyan dicha sensación. Esto significa que nuestras percepciones corporales no pueden ser vistas como marcadores objetivos del estado real del organismo, sino como el resultado de procesos evaluativos complejos, que sirven como guías para modificar la conducta. Por ejemplo, la sensación de rigidez de espalda puede modificar la conducta sirviendo para reducir el movimiento, reducir el dolor, promover la curación de los tejidos y/o evitar una posible lesión.
En definitiva, si padeces dolor lumbar crónico y sientes que tu espalda está rígida, es probable que no se deba a que tu espalda esté objetivamente más rígida. Con el ejercicio adecuado la sensación de rigidez de tu espalda mejorará y con ella el dolor.
Tengo una rectificacion cervical hace 2 años,despues de un año y medio me encontraron la recitificacion,tengo un dolor cronico muy fuerte.me gustaria que alguien de ustedes vieran la.imagen para validar si esa es la causa de mi dolor.muchas gracias
Hola Miguel, ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de ayudarte. También te recomendamos la lectura de nuestra entrada:
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Un slaudo.
Primero mi agradecimiento por incrementar mi conocimiento. Muy interesante el punto de vista de la autoprotección del organismo por medio de la rigidez o el dolor para evitar lesiones mayores
Gracias Michael, nos alegra que el contenido que publicamos os resulte interesante.
Un saludo.