Los abdominales hipopresivos fueron desarrollados en la década de 1980 por el Dr. Marcel Caufriez como técnica respiratoria dirigida a fortalecer los músculos de la pared abdominal y del suelo pélvico en el postparto. Su creador teorizó que la disminución de la presión intra-abdominal provocada por la realización de este tipo de ejercicios podía conducir a una activación refleja de estos músculos y trató de probar su efectividad. Actualmente esta técnica es conocida y utilizada en todo el mundo gracias, en gran parte, a su alto impacto mediático y social.
Beneficios de los abdominales hipopresivos
Los practicantes y defensores de este método atribuyen a los hipopresivos numerosos beneficios para la salud entre los que destacan:
- Mejora de la incontinencia urinaria y otras disfunciones del suelo pélvico como prolapsos.
- Reducción del perímetro de cintura.
- Fortalecimiento abdominal.
- Mejora de la estabilidad raquídea y su consiguiente beneficio para la salud de la espalda.
- Mejora de la postura.
- Prevención de patologías como hernias o protrusiones.
- Normalización de las presiones intratorácica, abdominal y perineal.
- Aumento del metabolismo con regulación de factores metabólicos y oxidativos.
- Mejora de la circulación mediante el aumento y la regulación de los factores vascularizantes.
- Prevención de lesiones musculares y articulares.
- Aumento del rendimiento.
- Mejora de las prestaciones sexuales.
- Normalización de las tensiones musculares y tonificación abdominoperineal.
- Reducción tensión muscular postentrenamiento.
Desde esta perspectiva, las técnicas de entrenamiento hipopresivas son casi un milagro ya que parecen ser la solución a múltiples afecciones siendo una potente herramienta de mejora de la salud. Pero, ¿Son reales los beneficios que se le atribuyen?
Fundamentos científicos del método hipopresivo
Llama la atención que, cuando nos disponemos a buscar información científica sólida respecto a un método tan extendido y mediatizado como los hipopresivos, no se encuentren más que unas pocas referencias al respecto. Sin embargo, analicemos lo que nos dicen dichos estudios en relación a diferentes beneficios para la salud:
Hipopresivos y suelo pélvico.
Dado que los ejercicios hipopresivos surgieron como terapia rehabilitadora del suelo pélvico y la pared abdominal, parece sensato pensar que es en este campo donde mayor efectividad podemos encontrar en su uso. Sin embargo, una reciente revisión de 2017 no encuentra evidencia científica sólida que respalde la eficacia del método hipopresivo en el tratamiento de las disfunciones de suelo pélvico. Según palabras de la propia investigación: “Llegamos a la conclusión de que en la actualidad, no existe evidencia científica para recomendar su uso en pacientes”. Estos resultados significan, simplemente, que los estudios realizados hasta la fecha no poseen la calidad y rigurosidad suficiente como para poder afirmar que son eficaces, pero tampoco que no lo son. Además, los resultados positivos que obtiene este método en algunas investigaciones muestran que no aportaría mayores beneficios que los ejercicios de Kegel tradicionales.
Asimismo, el creador del método justifica su utilización por encima de otros ejercicios ya que relaciona la realización de los abdominales «tradicionales» con aumentos de la presión intra-abdominal (justo al contrario que los ejercicios hipopresivos) lo que podría conllevar una disminución del tono muscular (debilidad) del suelo pélvico un mayor riesgo de incontinencia urinaria. Por ello, recomienda evitar los ejercicios abdominales más «tradicionales» y sustituirlos por la nueva técnica hipopresiva.
Investigaciones posteriores revelan que, durante la práctica de ejercicios abdominales «tradicionales» en personas sanas, efectivamente aumenta la presión intra-abdominal. Sin embargo, al contrario de la hipotesis del Dr. Caufriez, esto provoca una activación refleja de la musculatura del suelo pélvico y por lo tanto beneficios sobre la prevención de la fuga de orina. Esto nos señala que el cuerpo humano está fisiológicamente preparado para tolerar aumentos de la presión intra-abdominal como los que se producen durante la realización de ejercicios abdominales «tradicionales», siempre y cuando estén correctamente ejecutados.
En este sentido, la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) en diciembre de 2012 comunicó que: “Se puede afirmar con rotundidad que la ejecución de ejercicios abdominales tradicionales, realizados con la técnica correcta, está perfectamente indicada en el contexto deportivo y de rehabilitación y prevención y que no existe una justificación para sustituirlos por los ejercicios hipopresivos”.
Reducción del perímetro abdominal.
Por el momento, no se puede afirmar científicamente que la realización de ejercicios hipopresivos reduzca el perímetro abdominal. Tan sólo unos pocos estudios de calidad baja han mostrado ciertos resultados al respecto. Como afirma Juan Ramón Heredia (reputado investigador y experto): “el valor relativo de dichas referencias debe ser tenido en consideración a la hora de establecer determinados dogmas”.
Por todo ello, la información aportada por los diferentes estudios, tanto en valor científico como en contenido, nos lleva a ser prudentes frente a afirmaciones rotundas como “los abdominales hipopresivos reducen el perímetro abdominal”.
Mejora de la estabilidad raquídea, tratamiento de las alteraciones del raquis y mejora postural.
Este es un apartado que requeriría de un análisis técnico y detallado que dificultaría la comprensión de un lector no especializado. Como resumen podemos determinar nuevamente que, pese a que unos pocos estudios muestran resultados positivos, los errores y contradicciones son continuos por lo que la validez de sus conclusiones se pone en entredicho.
Conclusiones
Sin duda, se ha generado un enorme interés sobre los abdominales hipopresivos. Sin embargo, hasta la fecha, este tipo de ejercicios carecen de la evidencia científica sólida que respalde muchos de sus beneficios. Esto no quiere decir que no los tengan sino que, sorprendentemente, aun no se ha investigado lo suficiente sobre ello.
Por otra parte, las técnicas hipopresivas tienen su base en una teoría con más de 20 años de práctica clínica. Esta ingente cantidad de base práctica del método debe ser tenida en cuenta a la hora de su aplicación. Esta situación ilustra cómo no todos los tratamientos recomendados actualmente se basan en la evidencia disponible.
En definitiva, la constante búsqueda de nuevas formas de entrenamiento lleva a la necesidad de investigar y actualizar el conocimiento sobre determinados métodos que, si bien pueden funcionar en la práctica, aún carecen de una base teórica firme.