La atrofia muscular es la disminución de la masa del músculo y consecuentemente a una perdida de fuerza del mismo. Se han identificado déficits en la fuerza muscular, la resistencia y el control motor de la musculatura dorso-lumbar y lumbo-pélvica en individuos que sufren dolor lumbar. Más concretamente se ha observado atrofia muscular en el 77 – 80% de los casos de dolor lumbar. Por ello, la evidencia científica actual sugiere que la atrofia de los músculos paravertebrales incrementa el riesgo del desarrollo y perpetuación del dolor lumbar.
¿Por qué se produce atrofia en los músculos?
Se han descrito varios mecanismos que conducen a sufrir atrofia muscular:
Atrofia por inactividad. Se asocia generalmente con la inmovilización a corto o largo plazo, ya sea de la totalidad o de una parte del cuerpo, también con un uso limitado de los músculos debido a una actividad física disminuida. La inactividad prolongada puede llegar a producir una atrofia muscular de hasta un 10% por semana aumentando el porcentaje a un 20% o más si existe una inmovilización total. Por ejemplo, si un individuo con dolor lumbar evita la realización de actividad debido al dolor, se observará una atrofia de la musculatura. Esta atrofia muscular es uno de los principales factores que contribuyen a la cronificación del dolor lumbar.
Atrofia neurogénica. Puede ocurrir como resultado de una lesión nerviosa (por ejemplo, la compresión de la raíz nerviosa), que provoca cambios en el correcto funcionamiento del sistema nervioso y en la actividad metabólica del sistema musculoesquelético que derivarán en una atrofia muscular.
Atrofia secundaria. Causada por una lesión muscular directa, infecciones, miopatía congénita (alteraciones del funcionamiento de las fibras musculares) o enfermedades inflamatorias entre otras.
La atrofia de los músculos paravertebrales incrementa el riesgo del desarrollo y perpetuación del dolor lumbar.
Detección y tratamiento de la atrofia muscular
La forma más eficaz de detectar la atrofia muscular es mediante la evaluación por resonancia magnética. Pueden establecerse tres signos principales de degeneración muscular detectada en las imágenes:
- Disminución en la sección transversal de un músculo: es el tamaño del músculo visto en la imagen producida por la resonancia magnética.
- Disminución en la densidad del mismo.
- Aumento en la cantidad de depósitos de grasa intramuscular.
Resonancia magnética en la que se aprecian signos de atrofia muscular. Pueden verse destacados en rojo los músculos multífido y erector espinal. El área coloreada correspondería a la sección transversal de los músculos mientras que las partes de color blanco representan la grasa infiltrada en los mismos.
Por todo lo anterior, el entrenamiento de la fuerza y la resistencia de la musculatura de la espalda ayudará al mantenimiento y desarrollo de una adecuada masa muscular. De esta forma conseguiremos reducir el dolor lumbar y mejorarán los síntomas del paciente.
Buen artículo,
Me trae a la mente la idea de que probablemente algo similar suceda con los dolores en el área cervical por el sedentarismo o pasar mucho tiempo en la computadora
Gracias por compartir las estadísticas
Saludos desde Caracas