La rectificación cervical ha sido frecuentemente asociada al dolor de cuello. Sin embargo, la influencia de la rectificación de la lordosis cervical sobre el dolor todavía se desconoce.
La rectificación cervical ha sido frecuentemente asociada al dolor de cuello. Sin embargo, la influencia de la rectificación de la lordosis cervical sobre el dolor todavía se desconoce.
La recurrencia de los episodios de dolor lumbar es algo muy frecuente y puede conducir a la cronificación del dolor. Hacer ejercicio es la intervención más consistente.
El principal problema de estar sentado de forma prolongada reside en el mantenimiento de una determinada postura durante mucho tiempo. El uso del fitball puede ser interesante durante periodos cortos de tiempo y alternándolo con la silla habitual.
La dismetría de las piernas se considera un factor de riesgo para el dolor lumbar. Puede causar un mayor estrés biomecánico en la columna lumbar que provoque dolor.
La realización de tareas tan rutinarias como atarse los zapatos o cepillarse los dientes pueden suponer, a primera hora del día, un mayor estrés sobre las columna. Cuida la postura en estas actividades para mejorar y reducir tu dolor lumbar.
En un pequeño porcentaje de casos el dolor lumbar puede ser síntoma de una condición subyacente más grave. La utilización de las banderas rojas como herramienta de detección de estas patologías debe ser cautelosa.
La tradicional división entre ejercicios abdominales superiores e inferiores no es real ni funcional. Te explicamos el porqué.
La reducción de la movilidad de cadera debe considerarse un importante factor mecánico capaz de contribuir en la aparición de los síntomas del dolor lumbar crónico.
El correcto desarrollo óseo durante la infancia y la adolescencia sumado al entrenamiento de fuerza y cardiovascular constituyen las claves para evitar la aparición de osteoporosis.
Se puede mejorar el dolor en el trapecio más allá de los relajantes musculares o la punción seca. Iniciar un proceso de recuperación activo resulta clave.