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La columna vertebral es un complejo articular compuesto por múltiples elementos: vértebras, discos intervertebrales, ligamentos, músculos, fascia, componentes nerviosos y vasculares, etc. La correcta disposición fisiológica de todas estas estructuras de la columna influirá directamente sobre la capacidad de absorción de las fuerzas que sobre ella actúan y sobre la efectividad de la actividad muscular. Es decir, es necesaria una correcta “alineación” de todos estos elementos para poder hacer frente, con garantías, a los requerimientos que la actividad diaria y/o deportiva exige.

Para poder mantener esa alineación, la columna vertebral necesita de una adecuada capacidad de estabilización dinámica. El término estabilidad puede definirse como la capacidad de un segmento para resistir la traslación o rotación en cualquiera de los tres planos. Por el contrario, un descenso de la capacidad de estabilización del sistema desembocará en cambios estructurales (progresiva degeneración de los discos, hernias, alteraciones de las curvas fisiológicas, desplazamientos vertebrales, compromiso neurológico, etc.) que provocarán dolor de espalda.

¿Cómo podemos estabilizar nuestra columna?

Existen tres sistemas que actúan de forma sinérgica para asegurar la estabilidad vertebral:

  1. El sistema activo. Conformado principalmente por la musculatura involucrada (core).
  2. El sistema pasivo. Formado por las estructuras no contráctiles como ligamentos, discos, etc.
  3. El sistema neural. Encargado de llevar a cabo la activación del sistema activo (músculos) a través del control neurológico.

Sin embargo, de los tres sistemas, unos presentan mayor importancia que otros sobre la función estabilizadora. En este sentido, la literatura científica ha determinado que la columna, sin el soporte que otorga la musculatura (stiffness), se vuelve inestable y puede lesionarse bajo cargas compresivas muy reducidas siendo el principal sistema implicado en la estabilidad. Por tanto, la inestabilidad de la columna lumbar se puede controlar mediante un correcto acondicionamiento de los grupos musculares que aporten el stiffness necesario a la columna. Sin embargo, como hemos visto anteriormente, el adecuado estado del sistema muscular, y su óptimo rendimiento sobre la estabilidad lumbar, no solamente es dependiente de los niveles de fuerza del mismo, sino que también se ve influido en gran medida por el sistema neural que controla el adecuado patrón de coordinación muscular.

En resumen, para el tratamiento y prevención de la inestabilidad del raquis será necesario un programa de entrenamiento que incida sobre el correcto desarrollo de los tres sistemas (activo, pasivo y neural). Especialmente deberá centrarse en el desarrollo de la fuerza-resistencia muscular y el control neuromuscular del core.


Martín Rivera, F. (2012). Comparación de los niveles de activación de los músculos estabilizadores del core y agonistas durante la realización del ejercicio push up sobre equipamientos con diferentes grados de estabilidad. Tesis doctoral. Universidad de Valencia.
One Response to Estabilidad vertebral y ejercicio
  1. La falta de ejercico físico, la falta de stretching, y los hábitos sendetarios, suelen tener como efecto varios tipos de dolores y limitaciones a nivel de la espalda

    Como Odontólogo en ocasiones mi trabajo me lleva a posiciones del cuerpo sostenidas por algún tiempo que causan luego algún malestar, así como el uso de los dispositivos tecnológicos

    Me he habituado a realizar ciertos ejercicios de estiramientos cada cierto tiempo para contrarrestar la rigidez que eso suele producir

    Saludos desde Caracas


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