El disco intervertebral es una estructura compuesta por un anillo fibroso y un núcleo pulposo, que se localiza separando los cuerpos vertebrales. Tiene una función amortiguadora, que depende de la elasticidad y consistencia del núcleo pulposo. Con los años pierde elasticidad y el núcleo va desapareciendo.
En determinadas circunstancias, generalmente cuando se combinan movimientos de flexión con rotación, se produce la salida del núcleo pulposo hacia el exterior, ocupando el espacio intervertebral, bien hacia el canal medular o hacia el receso lateral. El núcleo del disco rompe el anillo fibroso y puede salir parcialmente o masivamente, constituyendo una hernia discal. En el segundo caso se denomina hernia discal extruida.
La hernia discal puede localizarse en cualquier nivel de la columna, en la región cervical, dorsal o lumbar. Las localizaciones mas frecuentes de hernia discal son la región cervical entre la 5ª, 6ª y 7ª vértebras cervicales y la región lumbar entre la 3ª, 4ª y 5ª vértebras lumbares.
La hernia discal provoca un cuadro de dolor más o menos intenso en la región afectada y además una irradiación dependiente de la estructura nerviosa que se encuentre comprimida. Normalmente dura dos o tres semanas. En la región cervical la compresión nerviosa provocada por la hernia discal causa una cervicobraquialgia. En la región lumbar la hernia discal, al comprimir el nervio ciático, provoca un cuadro de lumbociática.
En algunos casos la compresión del nervio ciático por la hernia discal (en la región lumbar) provoca déficits de fuerza por la afectación de las fibras motoras del nervio, lo que sería indicación de una descompresión quirúrgica. En un porcentaje alto de pacientes el dolor se cronifica, con variaciones en sus manifestaciones. Son consecuencia de las contracturas musculares antálgicas y la atrofia de la musculatura que aparece a las pocas semanas de iniciado el proceso.