En el tratamiento del dolor de espalda y cuello existen multitud de factores de riesgo físicos que pueden ser modificados: los niveles de fuerza y resistencia muscular, la movilidad articular, las posiciones sostenidas o movimientos repetidos, ect. La postura que adoptamos para dormir es un claro ejemplo de uno de estos factores que afectan sobre el dolor lumbar o cervical y que es fácilmente modificable. Por tanto, es necesario considerar la postura al dormir como un elemento más a tener en cuenta en el tratamiento del dolor de espalda crónico. Realizar estos cambios implica un riesgo mínimo, no suponen un coste levado y muestran un gran potencial de mejoría.
¿Por qué es importante la postura en la que dormimos?
El sueño se considera esencial para la recuperación física y mental. No obstante, todas las noches algunas personas se van a la cama y se despiertan con dolores que no estaban presentes la noche anterior o con incrementos de sus dolores habituales.
Las diferentes posturas que adoptamos al dormir influyen sobre la cantidad de carga aplicada a los tejidos de la espalda y el cuello durante el descanso nocturno.
Cuando estamos acostados, la carga de compresión sobre la columna es mínima ya que esta no debe soportar el peso del cuerpo. Se ha propuesto que esta baja compresión permite un mayor movimiento de la columna. Si combinamos un mayor rango de movimiento con una postura determinada podemos encontrarnos que se generan cargas de elongación pequeñas pero sostenidas en el tiempo que pueden afectar a nuestros tejidos: cápsula articular, ligamentos, discos…
Por lo general, se ha establecido que tanto dormir boca abajo como dormir en una postura asimétrica (por ejemplo con una pierna flexionada y otra extendida) son posturas que pueden aumentar el estrés sobre la columna e influir sobre la aparición o aumento del dolor. ¿Es esto cierto?
¿Cuál es la mejor postura para dormir?
En primer lugar es necesario diferenciar a aquellas personas con dolor lumbar de aquellas con síntomas cervicales. Las características anatómicas de la columna cervical y lumbar son diferentes por lo que las posturas para dormir afectan a cada área de manera distinta.
Con respecto a evitar el dolor en la región cervical, los estudios apuntan a que tumbarse de lado es la mejor opción. Por otro lado, para aquellas personas con dolor lumbar, las posturas de sueño más recomendadas son tumbado de lado y boca arriba.
Además, los resultados de los estudios sugieren que aquellas personas que duermen acostados de lado con un apoyo tienen menos síntomas que los que duermen en la misma postura sin apoyo o boca abajo.