La reducción de la movilidad de cadera debe considerarse un importante factor mecánico capaz de contribuir en la aparición de los síntomas del dolor lumbar crónico.
La reducción de la movilidad de cadera debe considerarse un importante factor mecánico capaz de contribuir en la aparición de los síntomas del dolor lumbar crónico.
El correcto desarrollo óseo durante la infancia y la adolescencia sumado al entrenamiento de fuerza y cardiovascular constituyen las claves para evitar la aparición de osteoporosis.
Se puede mejorar el dolor en el trapecio más allá de los relajantes musculares o la punción seca. Iniciar un proceso de recuperación activo resulta clave.
El estrés y las malas posturas están asociados a las contracturas en el trapecio y al dolor. Una intervención a través del ejercicio mejorará los síntomas y la funcionalidad de este músculo.
El dolor siempre está en nuestra cabeza y se relaciona con cambios en nuestro cerebro que provocan una cronificación del dolor.
Se le atribuyen a los abdominales hipopresivos numerosos beneficios para la salud. Sin embargo, hoy en día aún carecen de una evidencia científica sólida que los respalde.
En contra de la creencia popular, la influencia de la postura de la lordosis lumbar sobre el dolor de espalda resulta aún poco clara.
Tras la unión de dos o más vértebras quirúrgicamente, pueden producirse consecuencias no deseadas como el síndrome del segmento adyacente.
La disminución de proteoglicanos y el deterioro discal son parte natural del envejecimiento pero podemos prevenirlos realizando ciertas acciones.